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lunes, 11 de julio de 2011

El poder causa amnesia


Era marzo del 2006, yo tenía apenas 13 años, todavía no entendía demasiado (tampoco me interesaba entender mucho) la sucesión de hechos que en nuestro país se estaban dando.
A mis oídos de pre adolescente habían llegado los comentarios de los adultos de que Nicanor Duarte Frutos, el presidente del Paraguay por aquellos días, pretendía violentar a una señora llamada Constitución para poder volver a gobernar a partir del 2008. Recuerdo todavía muy claramente que por aquellos días un grupo de personas aparecía en todos los medios convocando a una manifestación en contra de la violación a la Constitución y contra la reelección que tanto daño había causado en manos de gente inescrupulosa. Las imágenes pasan en mi mente de aquella manifestación multitudinaria en las plazas del Congreso en la que un hombre, por aquel entonces sacerdote y obispo emérito de San Pedro, llamado Fernando Lugo gritaba un rotundo NO A LA REELECCION y MENOS AL METODO QUE SE PRETENDIA USAR PARA VIOLENTAR LA CONSTITUCION.
Algunos meses después aquel hombre se lanzaba como candidato a la presidencia de la República para lograr una tremenda victoria el 20 de abril de 2008. Era el fin de la hegemonía de los coloretes, de la mafia, del prebendarismo político y el inicio de una transición política marcada por la esperanza en el nuevo gobierno del ex sacerdote.
Sin embargo, “el poder corrompe”, ya lo decía Lord Acton varios siglos atrás y hoy en día la vigencia de esta frase se ha demostrado, y “el poder busca expandirse y concentrarse” esto nos lo han demostrado claramente Lugo y sus amigos, aquellos que hace 5 años gritaban rotundamente no a la reelección vía enmienda constitucional y que hoy, estando ya en el poder, buscan atacar y violentar la Carta Magna de la misma manera que los colorados pretendieron hacer hace algunos años.
“Cambia, todo cambia”, ya lo cantaban Lugo, el gorilón Chávez y la sombra Congo el 15 de agosto de 2008, en un festival en la fachada litoral del Palacio de López luego de los actos de asunción al mando del primero frente a miles de personas que habían asistido al inicio de una “primavera democrática” que daba visos claros de que en Paraguay también se podría cambiar.
El estribillo del gran escritor Julio Nuhmauser y célebre por las interpretaciones de la “Negra” Mercedes Sosa se convirtió en la frase favorita de los miembros del gobierno, sobre todo de cuantos pertenecen a la “izquierda caviar” y que hoy buscan perpetuarse en el poder como sus grandes ídolos Correa, Morales y Chávez van logrando en sus respectivos países.
 “Cambia, todo cambia”, ¡Cuánta razón tenía Nuhmauser! Si no preguntémosle a Lugo. 

Juanki Lezcano F.
juank_lzkno@hotmail.com