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jueves, 13 de enero de 2011

Incoherencia y pérdida de memoria

El vicepresidente de la República,
 Dr. Federico Franco en compañía de Mario Cossío.
Foto Gentileza de UltimaHora.com

Parece ser que buena parte de la “izquierda radical” (izquierda caviar, como muchos la denominan) de nuestro país sufre de este problema mental. Ya no son capaces de retener las imágenes de los eventos acaecidos hasta hace poco más de dos décadas en nuestro país.
¿A qué se debe este diagnóstico prematuro de la situación de la izquierda en nuestro país? ¿A simple cuestión ideológica o fanatismo político tal vez? Mi punto de vista va un poco más allá de todo esto.
La gran mayoría habrá escuchado del caso del gobernador del Estado boliviano de Tarija, Mario Cossío, que huyó de su país y se encuentra en Paraguay pidiendo asilo político por persecución política de parte del presidente de nuestro vecino del norte, Evo Morales, quien responde, vale la pena recordar, al socialismo del siglo XXI (que en realidad no es más que la mezcla sinsentido del marxismo, el socialismo, el comunismo y un poco de la locura del ideólogo de esta doctrina, Heinz Dietereich Steffan, que dio como resultados una sarta de incoherencias que más adelante nos tomaremos el tiempo de desenmascarar) y por tanto súbdito, chupamedias e incondicional del gorilón Hugo Chávez, “demócrata” presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
¿Cuál fue el pecado de Cossío? Simplemente ser de la oposición al presidente Morales. ¿Qué tendría que tener esto de malo si vivimos en época de democracia? Lastimosamente en nuestro continente hemos sufrido un grave retroceso y caímos de nuevo en la época de las dictaduras autoritarias y totalitaristas, es cierto cambiaron los rostros (no del todo) y las tendencias ideológicas, pero el resultado sigue siendo el mismo.
Lo que me dejó atónito fue el actuar y las declaraciones de una buena parte de los sectores de izquierda de nuestro país, los mismos que hace poco más de 20 años salían por las calles de Asunción (con temor y muy pocas veces, debido a la fuerte represión por parte del séquito fiel al Tiranosaurio Stroessner) exigiendo democracia y respeto a la libertad en todas sus aristas, pero sobretodo la libertad de expresión e ideológica.
Durante la época de la dictadura Carlos Filizzola y otros médicos
fueron encarcelados varias veces por la policía, que utilizaba la ley 209.
Foto Gentileza ABC Digital
El Dr. Carlos Filizzola, senador de la República, es uno de los tantos casos de quienes, valientemente (tengo que reconocerlo más allá de toda diferencia ideológica y política) junto con un grupo de médicos reclamaba fehacientemente el respeto a la libertad en los años de la dictadura militar en nuestro país. Hoy, a casi 22 años, el doctor, y muchos de sus compañeros de lucha, se encuentran dentro del selecto grupo de quienes pueden decir ostentan el poder en compañía de Lugo, manteniéndose dentro del margen ideológico de varios de los presidentes del continente, entre ellos Morales, por lo que rechaza el pedido de asilo de Cossío. Ni hablemos del estandarte de la lucha anti-dictatorial del liberalismo paraguayo: Domingo Laíno.
Es cierto que muchos de los detractores al asilo de Cossío en Paraguay argumentan acusaciones de corrupción (¿?) por parte del mismo, acusaciones presentadas por una enviada especial de Morales a nuestro país. Pero ¿hemos olvidado acaso que la forma de actuar de las dictaduras es la invención de cargos penales para la aprehensión de sus enemigos? ¿No es acaso más corrupto aquel que por encima de la voluntad popular disuelve el Congreso de su nación para crear asambleas nacionales fieles a sus intereses y que permiten la reunión del poder absoluto en una sola persona?
Señores de la izquierda, Dr. Laíno: ¿Tan rápido hemos perdido la memoria? Lo más probable es que yo no sea el más adecuado para hablar de lo acaecido en aquellos años puesto que yo tuve la gracia de nacer en la “era democrática”, sin embargo las secuelas de aquellos 35 años de terror han tocado también a mi familia.
Esta cuestión va más allá de las disidencias ideológicas, políticas o sociales, se encuentra en juego la libertad (y la vida) de una persona (como de tantos otros que viven sumidos bajo las dictaduras de la neo-izquierda en nuestro continente). La libertad, esa que es “el mayor regalo que los dioses pudieron haber dado a los hombres”, como diría Miguel de Cervantes, a través de su hidalgo Don Quijote.
Un hombre tuvo que dejar todo atrás, familia, tierra, amigos, estabilidad económica huyendo para salvar su libertad de un encierro injusto por diferencias ideológicas con el poder de turno y nosotros discutimos y damos vuelta al tema solo porque respondemos a ideologías diferentes.
Espero que aquellos que por años lucharon por la libertad en nuestro país puedan recordar lo que significa estar sumido en el miedo y el dolor fruto de una dictadura (sin importar la tendencia ideológica de quienes ostentan el poder). 
Espero que puedan recuperar la memoria que el Poder les borró.