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viernes, 5 de noviembre de 2010

Cansado de Mesías y Mesianismos políticos baratos

En la recta final de lo que será la jornada cívica del próximo domingo sería bueno pensar con detenimiento sobre la elección que vamos a hacer al depositar nuestro voto en las urnas y sacarnos de la cabeza de una buena vez la idea del “salvador político” para nuestra ciudad.

Cuarenta y ocho horas (un poco menos ya en realidad), después de intensas jornadas de intento de lavado de cerebro los candidatos se llamarán ahora a silencio, cruzando los dedos para que las intensas campañas audiovisuales hayan surtido el efecto esperado.
Sentándome a analizar las propuestas, escuchando de nuevo los debates, releyendo las propuestas de varios candidatos no pude evitar con una sonrisa irónica surgiera en mi rostro. Una vez más nos encontramos ante la misma historia de siempre: hombres (y mujeres) que se proponen a sí mismos como la salvación de las ciudades, prometiendo obras que en muchos casos (lastimosamente para mi ciudad) no se podrán concretar en plazos tan cortos de gobierno.
Lo peor es que nosotros (el electorado) caemos en las mismas trampas de siempre, eufóricos nos tiramos detrás de un candidato para después de dos años reconocer con el rabo entre las piernas que era igual que todos ¿No hemos aprendido nada en estos 200 años de “libertad”?
La historia se repite una y otra vez, pero no hemos abierto aún los ojos, han pasado ya por el gobierno (estatal y comunal) todo tipo de ideólogos pero ninguno ha solucionado ni atendido la mitad de lo que había prometido, cada 4 ó 5 años escuchamos los mismos discursos, la misma catarata de palabras que no pasa de ser “Flatus vocis” (aire que sale por la boca).
No existe aparato estatal (comunal) tan perfecto que sea capaz de reemplazar el trabajo vecinal, el “Yo” por naturaleza necesita de un “Nosotros”, es eso lo que hemos olvidado o tal vez no queremos entender.
El verdadero cambio no depende del político mejor hablado, del intendente, de los concejales, el cambio gira alrededor de un “Yo” despierto que se mueve para poder modificar su entorno, esa es la política: un hombre que es capaz de moverse para trabajar por el bien común.
El bien común es responsabilidad de todos, no podemos quedarnos en el escepticismo delante de las votaciones del domingo, es comprensible, todos nos parecen (muchas veces) la misma porquería, pero no podemos olvidar que el gobierno es fiel reflejo del pueblo que lo ha elegido.
El cambio comienza por mí mismo, esa es la verdadera base de la política y así podemos trabajar por el bien común.
Aún así, es casi seguro que una buena parte del electorado acuda el domingo a depositar su voto confiando en falsos mesías políticos.
Mientras tanto yo aún creo que el cambio verdadero es posible pero si trabajamos todos.
Juanki
juank_lzkno@hotmail.com