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jueves, 2 de junio de 2011

Mafia, pobreza y oportunismo

La informalidad se ha convertido en un agregado más del paisaje paraguayo, desde la frontera hasta en los alrededores de las canchas, desde la salida del aeropuerto hasta en las adyacencias de los centros comerciales concurridos por la gente de la alta sociedad, en todas partes nos encontramos con la misma.
En estos días se hizo, una vez más, extremadamente evidente. Me explico: Cerro Porteño alcanzó de manera histórica su 6ª semifinal en la Copa Libertadores de América, el torneo continental de fútbol más importante a nivel de clubes. La gente, parte importante del espectáculo futbolístico se volcó a las calles en pos de adquirir una entrada para la fiesta que se viviría la noche del jueves (1 de junio) en el estadio del populoso equipo de la capital paraguaya.
Filas de simpatizantes que alcanzaban hasta 7 cuadras, personas que habían pasado la noche entera esperando a que las boleterías se habilitaran para adquirir una entrada. Un espectáculo de pasión por el club (del cual yo no soy simpatizante) que incluso quienes alentamos por el archirrival a nivel local debemos de reconocer y respetar.
La fiesta se estaba armando, sin embargo una vez más aparecieron en escena unos personajes que ya varias veces han amargado situaciones como la que se vivió en estos días en la zona de la Avenida 5ª de nuestra capital: los revendedores, personas que adquieren las entradas al mismo precio con el cual son expedidas para el público y que, jugando con la desesperación de la gente que busca participar del encuentro deportivo, las ofrecen a precios que fácilmente llegan a triplicar el costo original, quedándose con buena parte de las entradas expendidas.
1- Las disposiciones de la comisión directiva de Cerro Porteño había dejado en claro que quienes desearan participan del evento podrían retirar solo una entrada por persona, sin embargo en poder de los revendedores había como mínimo 20 a 50 entradas, he aquí que surge mi primera pregunta ¿Cómo es posible esto? ¿Existe acaso participación de personas relacionadas a la organización que facilitan las entradas a los revendedores y frustran a los hinchas que durante horas esperaban estoicamente en las filas? Algo no huele bien en todo esto.
2- Un colega de un canal televisivo se encontraba realizando una nota en las cercanías del local de expendio de entradas sobre la reventa, mientras realizaba su trabajo fue rodeado por los revendedores (en algunos casos a punto de agredir físicamente al colega) que gritaban que cuanto afirmaba la prensa sobre la incomodidad de la gente con respecto a la reventa era mentira, falacias inventadas por la prensa y que ellos eran simplemente pobres que necesitaban dar de comer a sus respectivas familias, afirmando incluso que tenían pérdidas en el “negocio” ¿Será acaso que este servidor sea un simple mentiroso o el único que se siente incómodo por la existencia de tan atroz oportunismo? ¿Será que las miles de personas que se quedaron sin entradas por no poder pagar las elevadas sumas que estos personajes pedían estarán contentos por la situación?
Mafia, pobreza y oportunismo crearon un coctel de tipo molotov que en cualquier momento pudo haber explotado de manera violenta, varias personas amenazaron con golpear a los revendedores si no conseguían entradas.
La pobreza no justifica la marginalidad como buscan falsamente justificar quienes pretenden legalizar y minimizar los hechos ilegales con los que a diario nos encontramos o ¿acaso no existen personas que de la más extrema pobreza han sabido levantar cabeza y establecerse a través del esfuerzo?
¿Será que quienes a diario trabajan para ganar un sueldo justo tienen la culpa de la situación de los demás? El verdadero culpable tiene un nombre: El Estado, aquella organización que debería velar por el desarrollo de oportunidades en pos de la eliminación de la marginación a la que se ven sometidos miles de compatriotas y que hace años en Paraguay está encabezada por un grupo de personajes que no velan más que por sus propios intereses.
Llegó la hora de dar soluciones, buscar alternativas, crear legislaciones para erradicar la marginalidad, la informalidad y el maldito oportunismo de quienes se aprovechan de cuantos buscan participar de una fiesta deportiva.

Juanki Lezcano Flecha
juank_lzkno@hotmail.com