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Falta de acompañamiento de los laicos y la renuncia
de algunos grupos a la Doctrina Social originaron los grupos radicales.
“Quienes hoy están en la OCN y aún en el EPP, fueron gentes formadas por la
Iglesia, pero se quedaron y empezaron a razonar por su cuenta”, dijo el obispo
emérito, Mons. Óscar Páez.
Sin embargo cuánto sucede hoy en el seno del
catolicismo paraguayo no es ninguna novedad, la ideologización a la que han
sometido varios representantes de Roma en nuestro país ha causado graves estragos
en nuestro país en ocasiones anteriores.
Ya en la década de los años ’40 del siglo pasado,
con la llegada del General Higinio Morínigo a la presidencia de la república,
apoyado fuertemente por los miembros del Corporativismo Católico o “Tiempistas”,
se inició una fuerte represión hacia cuantos atentaban en contra de los “valores
cristianos apostólicos romanos”.
En aquellos años el conservadurismo, la extrema
derecha, hoy el progresismo radical, la izquierda, han infectado a los
principales referentes católicos de nuestro país.
Qué lejos han quedado aquellos años de lo que los
historiadores llaman la “primera evangelización”, cuando jesuitas, dominicos y
franciscanos se internaban en las selvas buscando llegar a los habitantes
autóctonos de estos lares con palabras de “salvación”.
Hoy no son más que recuerdos nostálgicos los nombres de
hombres como Buenaventura Suárez, Roque González, Alonso del Castillo, o tantos
otros que convencidos del amor a su Cristo se convirtieron en la piedra del
zapato de cuantos perseguían a los “salvajes” y los comercializaban como “seres
sin almas”.
Aunque hoy me considere alejado de la religión, un “no
creyente” cuasi agnóstico, negar el trabajo y el legado de estos hombres será
negar la historia de este país.
Si bien se ha dado el primer paso, el reconocimiento del problema,
la solución no radica en el llamado a un congreso, como hoy pretende la CEP, la
solución va mucho más allá, pero yo, yo no soy quien para indicar el camino.
Juanki
Lezcano F.