“Panem et circenses”, literalmente “pan y circo” frase
acuñada por el poeta romano Juvenal en el siglo I (adC) describe las prácticas de
ciertos gobiernos para mantener tranquila a la población u ocultar hechos
controvertidos, provee a las masas de alimento y entretenimiento de baja
calidad y con criterios asistencialistas.
En la Antigua Roma, Julio César mandaba distribuir el trigo gratuitamente, o
venderlo muy barato, a los más pobres, unos 200.000 beneficiarios. Tres siglos
más tarde, Aureliano continuaría la costumbre repartiendo a
300.000 personas dos panes gratuitos por
día.
Esta frase se origina en Roma en la Satira X del poeta
Romano Juvenal (circa 100 A. D.).
En su contexto, la frase en Latin panis et circenses («pan y juegos del circo») es dada como la
última atención del pueblo Romano, quien había olvidado su derecho de
nacimiento a involucrarse en la política. Juvenal muestra su desprecio por la
decadencia de sus contemporáneos Romanos. Los políticos
Romanos visualizaron un plan en 140 a. C. para ganar los votos de los pobres;
Al regalar comida barata y entretenimiento, los políticos decidieron que esta
política de "pan y circo" sería la forma más efectiva de subir al
poder.
La frase de la Antigua Roma ha cobrado actualidad más que
nunca en esto días en nuestro país.
Y es que el gobierno del cambio, ese cambio que por años
tanto habíamos esperado ha tratado de esconder sus falencias en medidas
asistencialistas que lo único que permite es el aumento de la decadencia en la
que el pueblo paraguayo se ve sumido.
Ni bien llegó al poder Lugo, a través de la Secretaría de
Acción Social (SAS) buscó implementar el programa “Tekoporã”, sistema de
pensiones muy parecido al que la dinastía populista de los Kirchner implementó
en Argentina. El proyecto inicial buscaba llegar a más del millón y medio de
personas, el proyecto, frenado en el Congreso llega hoy a cerca de 80.000
personas.
Nadie niega que la búsqueda de la justicia y equidad social
sean justas, sin embargo repartir dinero sin ningún tipo de requerimiento entre
personas que durante el mes se dedican a no hacer nada (en muchos casos, no en
todos) en lugar de buscar progresar a través del trabajo, parece demasiado
injusto.
En una actitud por demás populista el gobierno anunció en estos días que el grupo de ópera pop Il Divo aterrizará en Paraguay para ofrecer un concierto gratuito el 29 de diciembre. El acto que será pagado por la Itaipú Binacional, costará un total de cerca de 500.000 dólares. El proyecto
de concierto pasó por encima a propuestas de grupos nacionales que ofrecían
precios con los que con un 10% de lo que costará el concierto de Il Divo se podría contratar a 52 de ellos
En un intento de apaciguar las aguas que se muestran turbias
para el gobierno luguista en medio de polémicas por inseguridad, aumentos increíbles
al presupuesto para el 2012, las autoridades cerraron un contrato por la suma
antes citada, dinero con el que se podrían construir cerca de 60 casas y dar útiles a 5000 estudiantes.
No se trata de que los paraguayos nos merezcamos o no un
cierre de festejos por el Bicentenario de la Independencia dignos de cualquier
otro país, se trata de que en los políticos intentan ocultar en la vieja
técnica romana su incapacidad de argumentar, de discutir y buscar soluciones a
la decadencia en la que los malos gobiernos nos han sumido.
El pueblo, al que han desmoralizado con años de decadencia política
y económica, cae una y otra vez en la trampa que lo único que ha permitido es
anestesiar cada vez más a la masa que no se da cuenta que es abusada por los
que se han instalado en el poder y viven de las bonanzas del mismo.
Paraguay no necesita sólo “pan y circo”, necesita de una
clase política formada por los mejores, por intelectuales, hombres capaces de
dar respuestas a un porcentaje de desempleo que sigue en aumento, a la falta de
educación y salud en la que se sumida gran parte de la población.
Es hora de sacudirnos ¡Despierta Paraguay! No queremos pan y
circo, queremos frenar la decadencia y comenzar a crecer.